Los dueños de la realidad

>> martes, 10 de junio de 2008



“En el periodismo, la información se comprende como un bien social, y no como un simple producto. Esto significa que el periodista comparte la responsabilidad de la información transmitida. El periodista es, por lo tanto, responsable no sólo frente a los que dominan los medios de comunicación, sino, en último énfasis, frente al gran público, teniendo en cuenta la diversidad de los intereses sociales”. Este es uno de los puntos del Código Internacional de Etica Periodística, UNESCO de 1983. Entender que la información es un bien social, es necesario para el periodista, pero tanto en la actualidad como en otras épocas los dueños de los medios de comunicación responden a intereses económicos, por eso la información muchas veces es sólo una cara de la realidad, la que desean los empresarios.
Los monopolios informativos no son un novedad de la época neoliberal argentina, hace casi un siglo atrás existió un señor llamado William Randolph Hearst, que era uno de los más poderosos propietarios de medios de la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos y que se caracterizaba por el manejo de la información para beneficios personales y políticos. La película de Orson Welles, El ciudadno Kane (1941), fue inspirada en Hearst, y algunos episodios que la película muestra son una suerte de parodia muy similar a su vida. Por ejemplo, en el diario de Hearst, San Francisco Examiner, se publicó una nota que cuestionaba los servicios y tarifas del ferrocarril, empresa en la que Hearst tenía acciones, para acercarse a los trabajadores e inmigrantes, que eran damnificados por los trenes, para que en el futuro tenga su apoyo para llegar al poder. El ciudadano Kane además presenta los manejos del magnate, que iban desde provocar o involucrarse con los acontecimientos, como la invasión a Cuba donde Hearst formó parte de la marina, hasta las notas donde toda la información era inventada.
En la actualidad argentina, los medios son manejados por pocas manos y la información depende de su relación con el gobierno de turno, así como de la relación con cualquier tema que influya en sus intereses. Por ejemplo, Daniel Hadad encabeza un grupo que posee la radio con mayor audiencia del país, Radio 10, Radio Mega, el diario Infobae y el canal de noticias por cable C5N. En las últimas semanas, Hadad llegó a un acuerdo con el gobierno de Cristina Fernández para monopolizar las primicias y entrevistas del Gabinete Nacional, además de recibir apoyo económico. Por su parte, los medios del grupo Hadad brindan un incondicional apoyo al oficialismo. Por ejemplo, el nombramiento del ministro de economía Carlos Fernández y los detalles del anuncio del Gobierno sobre el retoque a las retenciones de la soja, entre otras. Por lo tanto, cuando promediaba la huelga del campo, C5N titulaba la nota como “Paro Salvaje”, mientras que TN, en pleno conflicto del Grupo Clarín con el Gobierno, titulaba “Paro histórico”. Además, el año pasado el grupo Hadad recibió más de seis millones de pesos de pauta publicitaria oficial, y el ministro de planificación y servicios Julio De Vido alentaba a las empresas privadas a que pauten en el canal y en las radios del grupo.
Otro grupo que maneja decenas de medios gráficos, canales de televisión, radios y otras empresas es el Grupo Clarín, que luego de tener un largo conflicto con el Gobierno donde las dos partes peleaban por demostrar quien tenía más poder, llegaron a un acuerdo e “hicieron las paces”. La situación ya se ponía cada vez más tensa y ambas partes estaban acorraladas. Por un lado, el Gobierno apretaba a Clarín con el tema de que había dado impulso al proyecto de una nueva Ley de Radiodifusión con amenazas de limitar la cantidad de medios en mano del grupo, luego del acuerdo, esa iniciativa perderá fuerza. Otro asunto que complicaba a Clarín era que la justicia federal había comprobado que la empresa Papel Prensa SACIF contaminaba el río Baradero. El problemas es que Clarín es el socio más activo de esa papelera, junto con el Estado y el diario La Nación (los últimos en menos proporción), por lo tanto si se cumpliera la ley como corresponde, Papel Prensa debería invertir unos 10 millones de dólares en el tratamiento de los desechos contaminantes, por ahora tanto la justicia como el Gobierno hacen oídos sordos al tema. Como si esto no fuera poco, el Gobierno tiene pendiente confirmar y aprobar la fusión de Multicanal con Cablevisión, unión que llevaría al Grupo Clarín controlar el mercado del videoclable. Por ahora, este tema también quedó en suspenso. Por último, la Corte está por pronunciarse sobre el pedido de estudios genéticos que permitan determinar si los hijos adoptados por la dueña del grupo, Ernestina de Noble son hijos de desaparecidos apropiados durante la última dictadura militar.
El grupo Clarín, por su parte, incomodaba mucho al Gobierno y a la Señora Presidenta con las tapas de sus diarios y la postura que el medio tomó con respecto al conflicto con el agro. Al día siguiente de realizado el acuerdo, Clarín publicó en su tapa: “Cristina llamó al diálogo: hay debate en el campo”, al día siguiente: “El campo desoyó a Cristina y sigue el paro”, además en esas ediciones calificó al vicepresidente del PJ Hugo Moyano, con quien mantenía un entredicho público como “inesperado mensajero para el diálogo”. Cuando ambas partes ya se habían puesto los guantes para contraatacar a su contrincante, se guardaron las fotos de Ernestina de Noble con Videla y los carteles de “TN, Todo Negativo” en un cajoncito para que Clarín lo vea a Luís D’Elía menos negro y menos feo, como declaró él.
A partir de que no hay leyes que regulen los monopolios informativos o de que no haya personas audaces como Welles que denuncien masivamente, siempre hubo, hay y habrá dueños de la realidad.

1 comentarios:

II 11 de junio de 2008, 13:54  

Cuanta magina nena, y que dura es la realidad cuando te la muestran asi, no aflojes nunca, mucho talento en tu pluma

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