Mundo hambriento

>> lunes, 12 de mayo de 2008


En las últimas semanas distintos noticieros y diarios estuvieron hablando de la crisis alimentaria global, pero éste no es sólo un tema de la agenda argentina, sino de muchos países y principalmente de los latinoamericanos porque son los que producen, justamente, el alimento.
La escasez de alimentos y el gran aumento de sus precios se han convertido en uno de los mayores conflictos a nivel mundial y se deben a un aumento de la demanda de países como China y la India, el alza del precio del petróleo, el uso de las cosechas para la producción de biocombustibles, la especulación en los mercados mundiales de las materias primas, los largos períodos de sequía provocados por el cambio climático y el mantenimiento de subsidios de los países ricos, que en los últimos años, han sido destinados para otros fines, como la guerra.
La principal consecuencia de la crisis es la hambruna mundial, la desnutrición y el posterior conflicto social que esto implica. Por este motivo, en la actualidad la prioridad es alimentar a los hambrientos, por eso los organismos internacionales están tratando de conseguir ayuda económica de los países más ricos para lograr una solución provisoria inmediata. Por ejemplo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) lanzó un llamamiento a los países para que donasen contribuciones suplementarias de 755 millones de dólares. A mediano plazo, la ONU ofrecerá 200 millones de dólares a los agricultores de los países más afectados con el fin de incentivar la producción de alimentos ya que no se están beneficiando por los altos precios de las materias primas debido al aumento del costo de los combustibles y los fertilizantes. Sin embargo, el problema seguirá permaneciendo si no se toman medidas a largo plazo.
Otra consecuencia de la crisis es que, debido a que los precios de los alimentos básicos, entre ellos el arroz, los cereales, el aceite y el azúcar, aumentaron al menos en un 50 por ciento en comparación al año pasado, aquellas personas que se mantenían en la pobreza ahora pasan a la indigencia. Además, la poca oferta de productos y el hambre a niveles masivos traen conflictos sociales que pueden terminar en guerras.
Argentina, como otros países de la región, sufre una dicotomía ya que cierra las exportaciones para poder abastecer el consumo interno pero también debe cumplir con la responsabilidad de administrar alimentos al resto del mundo. Asimismo, como las plantaciones se vuelven más rentables, desplazan otras actividades agropecuarias y fomentan la deforestación. Esto favorece a que las poblaciones indígenas tengan menos recursos para subsistir.
En cuestión, la crisis alimentaria mundial es una cadena de desastres provocados por la ambición del hombre que sólo podrá solucionarse con un cambio de conciencia utópico.

2 comentarios:

Anónimo,  27 de junio de 2008, 10:16  

Creo que es verdad, pero es un mal necesario en cierta manera, lo que me parece, es que se necesita de una politica de estado seria para llevar a cabo un proyecto racional que garantice el correcto uso del recurso, priorizando las necesidades de la sociedad, garantizando el abastecimiento de las plantas alimenticias, y destinando siertas areas de cosechas para el emprendimiento de la generacion de combustibles, espero que mas gente lea tu publicacion y tomemos un poco mas de conciencia de las politicas que debemos exigir como pueblo democratico a nuestros dirigentes

Anónimo,  27 de junio de 2008, 10:49  

Gracias por el comentario, la verdad que parece un tema un poco lejano para nosotros pero es importante conocer de qué se trata.

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